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martes, 14 de octubre de 2008

MEJOR EJEMPLO DE ETICA EN LOS NEGOCIOS NO HAY

Enron
Enron Corporation fue una empresa de energía con sede en Houston, Texas que empleaba cerca de 21.000 personas hacia mediados de 2001 (antes de su quiebra).
Una serie de técnicas contables fraudulentas, apoyadas por su empresa auditora, la entonces prestigiosa Arthur Andersen, le permitieron a esta empresa estar considerada como la séptima empresa de los Estados Unidos, y se esperaba que seguiría siendo empresa dominante en sus áreas de negocio. En lugar de ello, se convirtió en el más grande fraude empresarial de la historia y en el arquetipo de fraude empresarial planificado.
Enron solicitó protección por bancarrota en Europa el 30 de noviembre y en los Estados Unidos el 2 de diciembre de 2001.

Crecimiento

Enron se constituyó en 1985 por la fusión de las empresas Houston Natural Gas e InterNorth, la fusión fue dirigida por Kenneth Lay, presidente de Houston Natural Gas. Originalmente se dedicó a la transmisión y distribución de electricidad y gas a través de los Estados Unidos, y al desarrollo, construcción y operación de plantas de energía, oleoductos, etc. por todo el mundo. Lay propuso para la empresa fusionada el nombre "Enteron" (EnterOn en CamelCase), sin embargo el nombre tuvo que ser abreviado a "Enron" por la similitud con la palabra griega para intestino (utilizada para formar palabras como entérico" ó la similitud con la palabra "Enterron"
Enron creció exponencialmente en su área original y en el transcurso del tiempo desarrolló nuevos mercados en el área de las comunicaciones, manejo de riesgos y seguros en general. En su momento la revista Fortune la designó como la empresa más innovadora de los Estados Unidos durante cinco años consecutivos, entre 1996 y 2000. Además apareció en la lista de los 100 mejores empleadores de dicha revista en 2000, y se le conocía por la grandilocuencia de sus instalaciones entre los ejecutivos de empresas.

Caída de la empresa

Sin embargo, la reputación de esta empresa comenzó a decaer debido a los insistentes rumores de pago de sobornos y tráfico de influencias para obtener contratos en América Central, América del Sur, África, las Filipinas y en la India. También hubo rumores sobre la utilización de estas prácticas en un contrato de 30 mil millones de dólares con la empresa de energía Maharashtra State Electricity Board.
Después de una serie de escándalos sobre el uso de prácticas irregulares de contabilidad, Enron INC. llegó al borde de la bancarrota hacia mediados de noviembre de 2001. Las acciones de la empresa en Wall Street cayeron en muy poco tiempo de 85 a 30 dólares, cuando se hizo público que la mayoría de las ganancias de Enron eran el resultado de negocios con una de sus subsidiarias, práctica que les permitía "maquillar" en los balances financieros las gigantescas pérdidas que había sufrido. Luego de ello colapso.

Caída

Las implicaciones a largo plazo del colapso de Enron aún continúan. Se han descubierto considerables pagos a políticos en casi todos los países donde la empresa operaba. Por su parte, la empresa Arthur Andersen ha sido acusada de obstrucción a la justicia en relación con el caso Enron. Se descubrió también que similares técnicas contables estaban siendo utilizadas por directivos de otras de sus empresas clientes, como fue el caso de la empresa de telecomunicaciones WorldCom, la cual también maquillaba sus pérdidas contables. Desde el año 2002, se lleva a cabo la investigación sobre el enorme desfalco cometido en Enron a sus accionistas y empleados. Los principales acusados son los directivos de la empresa Kenneth Lay, Jeffrey Skilling, Andy Fastow y Rick Causey.

Situación Legal

El 25 de mayo de 2006 finalmente se declaran culpables a Kenneth Lay, presidente de Enron y Jeffrey Skilling, su ex director ejecutivo, de conspiración para cometer fraudes. El jurado compuesto por 12 personas declaró a Lay culpable de los seis cargos que se le imputaban, mientras que consideró que Skilling, que le sucedió en la presidencia de la empresa, es culpable de conspiración y fraude. Lay y Skilling afrontaban seis y 28 cargos de conspiración, fraude y maniobras financieras para ocultar las pérdidas y exagerar los beneficios de Enron, con el fin de atraer el dinero de los inversionistas. El 5 de julio de 2006, producto de problemas coronarios, fallece en Aspen (Colorado) Kenneth Lay, de 64 años, quien arriesgaba una pena de hasta 45 años de cárcel por su participación en el fraude financiero. [1] Finalmente, el 23 de octubre de 2006 Jeffrey Skilling fue condenado a una pena de 24 años de prisión tras haber sido declarado culpable de 19 cargos en su gerenciamiento durante menos de un año en la empresa y haber renunciado solo cuatro meses antes de la quiebra. [2]

Efecto en la contabilidad

El caso Enron fue el principal detonante en la elaboración de la Ley Sarbanes Oxley, la cual tiene por objeto el establecer medidas de control interno más rígidas y eficientes para evitar que las empresas que cotizan en bolsa realicen fraudes como el que sucedió con la citada Enron. Para los contadores auditores, esta Ley les obliga a extenderse en sus pruebas antes de emitir una opinión que avale la información presentada en los estados financieros.

Consecuencias internacionales [editar]
Con su presencia en cerca de 40 países y una serie de empresas asociadas, el colapso de ENRON, repercutió negativamente en los mercados energéticos en general y en varias compañías que le habían otorgado créditos o tenían contratos con ENRON.
La presentación judicial llevó a un organismo oficial a iniciar una investigación sobre el estado de cuentas de la compañía, que admitió a comienzos de año que sus ganancias fueron menores a las declaradas entre 1997 y 2001.
Las dudas sobre las prácticas contables de la empresa que supuestamente tendieron a cubrir la grave situación económica de la compañía se incrementaron ante denuncias de una ex ejecutiva sobre la presunta destrucción sistemática de documentos.
El escándalo salpicó a Andersen, una de las firmas más importantes de auditoría contable.
En otro campo, los cuestionamientos sobre las operaciones de ENRON en la región no se han hecho esperar. Al calor de un año electoral, en Bolivia se ha empezado a cuestionar seriamente la participación de ENRON en el gasoducto Bolivia-Brasil.
De hecho, se ha denunciado -entre otras cosas- que la empresa obtuvo una importante participación accionaria en este proyecto sin haber hecho grandes contribuciones o esfuerzos, sólo se presentó como el socio estratégico del Estado boliviano.
En Argentina, el senador Rodolfo Terragno denunció en la prensa que sufrió presión de ENRON para un proyecto en ese país, cuando era ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Raúl Alfonsín, en 1988. Terragno afirma en un artículo de prensa que incluso recibió una llamada del hijo del entonces vicepresidente George Bush y que hoy es presidente de Estados Unidos.
Este tipo de denuncias, aún no han sido comprobadas pero, en el caso de Bolivia, han llevado a una investigación por parte del Congreso y posiblemente de la Contraloría.

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